jueves, 2 de julio de 2009

A las 3 de la mañana....

Al fin y al cabo es lo único que te queda... una página en blanco donde escribir las pocas paranoias que se te ocurren a las tantas de la mañana. Es el único momento del día en el que eres tu mismo. Sin influencias externas ni mierdas varias. Sólo tu ante un papel. Y es triste porque si al final de un día de tu vida te tienes que enfrentar a un “puto” papel ...Porque al fin y al cabo, si tu única meta es encontrarte a ti misma o a tus ideas...¿Cómo eres? ¿Quién eres realmente? ¿Qué serías capaz de hacer en estos momentos? El día se acaba, tu tiempo se acaba y sientes que sólo puedes arrancarte alguna frase suelta antes de que la vela se consuma. Sientes su presencia, tras de ti, insuflandote ese pequeño aliento que necesitas para acabar tu “trabajo”. Soy realmente la única persona con esta preocupación? (te preguntas).
La presencia se hace cada vez más nítida, más real. Viene a buscarte, a insuflarte ese poco valor que te queda. Y sus palabras resuenan en tu mente una y otra vez: sólo estás tu, al fin y al cabo; deja de “comerte el tarro” por algo así. En el juicio final, si realmente existe, sólo contarás tu mismo y las cosas que has hecho y si estas orgulloso o no de haberlas hecho. ¿Y sabes lo mejor? Que pese a ser tan “intachable”, lo más probable es que serás quien peor acabe porque la vida no es justa, para nadie...

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